martes, 1 de septiembre de 2009

Celebrando tus 17 años de vida, amado Jesús

Jesús, nuestro gran e inmenso amor, hijo de la vida y del amor, compañero eternal de sueños y de andares

Amado hijo, hace 17 años llegaste a nuestras vidas, a la 1h30 de la tarde envuelto en mantillas de amor tejiditas a mano como solo la vida puede hacerlo

Apenas puesto entre mis brazos, tu sangre caliente corría por la mía, tus ojos endormecidos atravesaban los míos. Tus manitos y pies contamos con precisión, tu cuerpo tibio serré contra el mío, y entre susurritos y risas, te dijimos bienaventurado seas entre nosotros hijo mío.

Así empezamos la vida a tu lado, maravillados de tu presencia y convencidos de tu hermoso porvenir, seguros de que tus pasos andarán eternalmente entre los nuestros y entre la de los tuyos.

Un sinfín de historias bautizaron tus primeros años de vida, los tuyos estaban llenos de dinosaurios, esos que hoy transitan en las manos de Gaël, de fósiles, de planetas, de constelaciones, la de Orion, tu favorita, de estrellas fugaces habitando durante mucho tiempo la parte de atrás del carro de papa.

Así andabas, tus manos pegadas a las nuestras, tus pasos imitando los de Chaplin con solo dos años de vida, hoy tu hermano Gaël lo hizo a los tres, la historia se repite. Y es simple y lógico los padres que hoy somos, esos que gozan tus hermanos Gaël, Carmina y Enzo, son tu obra, son tu espíritu y tu sabiduría, esa que portas y que portaras por siempre.

Así recorristes estos 17 años, intrigándote permanentemente por la genialidad del Mozart niño, por los dioses de la mitologia griega, por las aventuras del Principito y tus añorados bahobas, por las aventuras de Nacha, por Basilisa la Hermosa y sus cuentos rusos, por las interminables aventuras de Harry Potter, por la belleza del Cocuyo y la Mora, por las andanzas de Tío Conejo y Tío Tigre, por la búsqueda de Archibaldo y sus habichuelas, por Clara y su cascanueces, por los molinos de viento del Quijote acompañados por la lealtad de Sancho Panza y de Rocinante, por los pies danzantes de Isadora Duncan, por el silencio de Marcel Marceau, por los pelos alboratados de Einstein, por los dibujos de Picasso, similares a los tuyos, como solías decirnos.

Así avanzaban tus pasos, rodando en trotineta con ese ávido andar que te caracterizaba, tirando tu morral en cada esquina que te lo permitiese, en ese andar tremendo acompañado de preguntas una detrás del otra con unas ansias infinitas de respuestas.

Y cuando el momento de la reflexión te llegaba, solo el silencio era la mejor respuesta, fiel representación de tu amigo Bip representado magistralmente por Marceau.

Ibas creciendo y tu vida reflejaba lo maravilloso de nuestra labor, de nuestro tejer cotidiano, ese en el cual no hay punto hacia atrás.

De esa manera, me hiciste madre y mujer, y a tu padre, hombre de luz. Es por eso que hoy somos lo que somos, tus 17 años de vida y el andar de Gaël, Carmina y Enzo.

Le doy entonces gracias a la vida, por tu infinita presencia, por tu risa, por tus hoyitos cantaros de abejitas floricultoras, menos pronunciados que los de Enzo, pero presentes a cada risa, por tus manos larguiduchas portadoras de futuro, por tu corazón noble y limpio como el de un niño, por tu mirada endormecida llena de reflexion, esa que nos hace creer en la herencia, haciendote proyección de tu abuelo Jesús.

Gracias por venir a nuestras vidas, por ser acto de luz y de amor, por ser la alegría de tus abuelos Velia, Manuel, Jesús y Francys, por ser el amor de tus tíos Pavel, Adrian, Benjamin, Gaby, Mariana y Rhaiza, por se la referencia de tus hermanos Gaël, Carmina y Enzo, gracias simplemente por existir.

Como resumir entonces tus 17 años de vida? Es nuestra vida misma, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro

Te amamos inmensamente hijitivo

Papa y mama

1 comentario:

  1. sta es una página llena de ternuritas y pedacitas de amor. Fresca y dulce como los amorios de las frecesitas. Amable y creadora porque anda en la dirección de loa sueños-porvenir.

    Digo entonces, que me alegra, que nos alegra a todos en casa compartir con Mariale, Román y con las oruguitas del Enzillo,la Carminina, el Gaelino y el gran Jesús el festejo por esa vida hermosa, sana y llena de risas que ahora despliegan. Para todos, incluidos la Abuela Francys y la Tía Gaby y compañero un abrazo de los grandes y un los quiero de infinitos. Papá Agustín.

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