domingo, 16 de agosto de 2009

Un té sobre la hierba


Cucharillas, cuchillo, azúcar, que nos falta Gaël?

El té y las manzanas mama, me responde. Exacto, hay otra cosa que nos falte? Le respondo viendo fijamente a Carmina que me observa detenidamente con su ceño fruncido

“leta” mama, me dice Carmina manteniendo el rostro en la misma posición, como si almacenera en su cabecita una lista de respuestas o como si el momento que vivimos en ese instante requiriera una máxima concentración.

“leta” Carmina, le pregunto sin entender a que hacia referencia

“ Oui” mamo “ galleta”, responde Gaël confirmando la demanda de Carmina

Ahhhhh, GALLETA Carmina, repito yo articulando con mis labios extendidos.

Por supuesto mis hijos, té sin galletas, no es té, verdad ?

Gaël me responde afirmativamente con sus ojos. De repente una danza particular se instala apropiándose de sus pies, abriendo las puertas de la cocina, jalando las gavetas, como si algo se le hubiese perdido.

Súbitamente se monta en la silla, continuando su búsqueda en el lavaplatos. Se baja y se sube, brincando de un lado al otro, se pone en cuclillas, al solo verlo me digo un verdadero saltamontes entro en mi cocina.

Tanto revoloteo me perturba, y tratando de calmar tanta algarabía con voz pasible me dirijo a el. Buscas algo hijo mío? necesitas algo? Todo esta listo para recibir a tus invitados a tomar el té ? lanzo yo pregunta tras pregunta, atiborrando a Gaël y a Carmina sin realmente dejar que me respondan.

Gaël se molesta y enérgicamente me reclama mi falta de atención. Me dice con voz tajante, mama el agua para hacer el té, “où” mama, “donde” mama, lanzándome las dos preguntas en francés y en español.

Tomo el envase del agua para responder a la pregunta de Gaël, cuando un nooooooooo, mama, de un solo grito en medio de la cocina interrumpe mi acción. “Agua caliente” responde categóricamente Gaël

El té con agua caliente mama, con agua fría noooooooo, dice Gaël en una sola frase, no dejándome ningún lugar a la negociación. Como poder negociar si unas horas antes de esta escena nos habíamos previamente entrenado a preparar un té.

Con Gaël y Carmina sentados en la cocina, nos concentramos a comprender cada paso. Primero colocas la bolsa de té en la taza, luego colocas un terrón de azúcar y por ultimo la poción mágica de “agua caliente”, esperas unos minutos, remueves la azúcar, y ya tenemos listo el té. Los ojos penetrantes de Carmina me interpelaban en cada paso y en cada gesto.

Es así como sin alternativas tomo una olla para calentar el agua, mientras Gaël y Carmina se dirigen a la terraza a instalar todos los implementos para recibir a sus invitados.

Calentando el agua en la cocina y metiendo de vez en cuando el dedo meñique en el interior de la olla, escucho de lejos una conversación entre Gaël y Carmina.

Gaël dirige la conversación diciéndole a Carmina: “tu agarras tu Madame la muñeca y yo agarro a Monsieur Mickey y a Monsieur Oso, d’accord?”

Con el agua tibia entre mis manos, y haciendo el simulacro de llevar “agua caliente” me dirijo a la terraza.

Al entrar me encuentro con un verdadero espectáculo, todo instalado con sus respectivos invitados. “Monsieur Oso” sentado al frente de Gaël, Monsieur Mickey y Madame la muñeca sentados respectivamente a los lados de Carmina.

Carmina se para de frente a su muñeca tratando de imitar los mismos gestos de Gaël que coloca en ese instante el babero a “Monsieur Oso”.

Yo sin tener prácticamente nada que aportar o proponer a la toma, me siento con mi jarra de agua tibia en mis manos, casi pidiendo disculpas por mi retardo.

Sentada en posición de indio, me deleito a ver como entre sus 4 manitos, se pasean la azúcar, las bolsas de té, la taza, el cuchillo para picar la manzana, la cucharilla para “mezclar” y las galletas para acompañar el té.

Con una habilidad maravillosa, magnificada por mis ojos de madre, Gaêl toma la jarra de agua tibia, diciéndome, “attention mama ¡!! ” con el “agua caliente”.

Adicionando una porción de agua en cada taza respectiva, llenas de azúcar, bolsa de té y cucharilla previamente instalada. Solo hay que “mezclar” me dice Gaël.

Por un instante, me creí en otro mundo, un mundo donde lo imaginario es solo posible, donde caga gesto toma uno dimensión humana que te proyecta en el avenir, donde las pupilas de tus hijos brillan mas de lo normal, donde el silencio es la única palabra necesaria.

No se si era el momento, pero creí por un instante ver a “Monsieur Oso” sonreírme, escuchar algunas palabras entre Carmina y Madame la muñeca, ver a Monsieur Mickey asentarme con su cabeza su deleite por cada sorbo de té.

Sentados sobre la hierba nos posamos unas cuantas horas, risas, conversaciones, y unas grandes pausas de silencio eran las únicas interrupciones.

Gaël y Carmina como maestros del té, agasajaron como se debe a cada uno de sus invitados. Té, galletas y manzanas fueron ofrecidos a los convives.

En ese ir y venir de tazas, platos y cucharillas, se me ocurrió la “brillante” idea de proponer terminar la velada. El silencio que había reinado hasta ese instante, lo irrumpí yo misma con tal proposición. Carmina y Gaël explotaron en llantos, pues esa velada no podía terminarse sin la participación del invitador honor, Monsieur “papa”.

Afortunadamente la crisis que yo misma genere, se calmo con el sonar mágico de las llaves de Roman al abrir la puerta de entrada de la casa.

Gaël se seco de insofacto sus lagrimas y con el salto que lo caracteriza salio corriendo a “cargar” a papa entre sus brazos.

Con maletín en mano, Roman fue jalado entre Gaël y Carmina hacia la terraza.

Gaël lo sentó en la posición reservada a Monsieur “papa”, preparándolo el té que había reservado exclusivamente para el.

Una hora después, Roman termina tomando su té sentado en la terraza de la casa, acompañado de Monsieur Mickey, Madame la muñeca y Monsieur Oso.

Enzo observa a todos desde su hamaca lanzando de vez en cuando sus maravillosas lenguaradas, síntesis sonora de una maravillosa tarde sobre la hierba.

Un silencio reina en el jardín.



viernes, 14 de agosto de 2009

Mis "Pinceles vivientes"

Son las 3h30 de la tarde, Gaël, Carmina y Enzo duermen placidamente su siesta.

Con mi taza de té en mano me dirijo al jardín. Sentada en el borde de la terraza cierro por un instante mis ojos y sin darme cuenta mis labios toman la posición de la risa, o mejor dicha de la sonrisa. Río sola de los recuerdos frescos de la mañana intensa que pase en compañía de los piojitos.

En ese instante recuerdo la promesa que les hice a Gaël y Carmina, cuando me disponía a acostarlo para hacer la siesta: “ cuando se despierten, de hacer un buen “dodo” iremos al atelier, nos disfrazaremos de pintores, tomaremos nuestros pinceles y manos a la obra”, les digo acompañando mis palabras de mímicas. Los abrazo fuertemente y lentamente abandono el cuarto con mis pasos en retroceso.

Frotando mis pies contra la grama en el borde de la terraza, me interrogo, que actividad les puedo preparar a Gaël y Carmina para cumplir mi promesa.

Un sorbo mas de mi taza de té, aun caliente, como para encontrar la respuesta. Termino de tomarme el té diciéndome jugaremos esta vez a la improvisación, en realidad no sabia que hacer.

En ese instante el sol calienta mis pies al borde de la terraza, decido colocar la taza a un lado y de manera natural extiendo mis piernas acostándome sobre la grama.

Sin darme cuenta comienzo a quedarme dormida, creo que hasta sueño. En ese sueño despierto me vienen imágenes a mi cabeza, escenas de pintura, de colores que se mezclan. En ese instante me sobresalto y comienzo a buscarle sentido y coherencia a las imágenes que me pasan por la cabeza. Mi subconsciente me “traiciona”, remontando a mi cabeza imágenes vistas cuando solo apenas era una adolescente, los “pinceles vivientes” de Yves Klein, uno de mis artistas favoritos. Recuerdo ese video como si fuera hoy, recuerdo cada escena y como se grabo en mi memoria cada una de ellas.

Recuerdo que el video recapitulaba las diferentes escenas publicas que Yves Klein había organizado en pequeños comités de artistas para demostrar como sus obras eran concebidas. En una de estas escenas, de realización de sus monocromos, una modelo femenina sirve como “pincel viviente” sobre un gran lienzo, con su cuerpo completamente impregnado de pintura, de ese maravilloso azul klein. La modelo trepa sobre una gran hoja de papel bajo la mirada de Klein que la dirige y la invita a pasar por los diferentes espacios donde la pintura aun no ha sido aplicada. La modelo termina de danzar concluyendo la obra dirigida por Klein.

Mama, mama, mamo escucho entre mis pensamientos. Gaël llega correteando a la terraza, haciéndome regresar rápidamente a la realidad.

Pintura mama, “Palila” hace “dodo” mama, mama, mama, mama, vamos hacer la pintura mama, me dice Gaël una frase detrás de la otra sin ni siquiera respirar.

Si Gaël vamos a esperar que Carmina se despierte, y mientras tanto vamos a preparar los materiales, te parece? me ayudas? le respondo de manera pausada tratando de ganar tiempo para ponerme de pie.

“ Ouiiiiiiii” mama, me responde Gaël. Saltando en un pie, esta vez no en el izquierdo como de costumbre sino en el derecho, se dirige hacia el atelier. Bajo los potes de pinturas y comienzo a tomar cada uno de los pinceles.

Yo ni siquiera reflexiono ni un instante , y con las imágenes de Klein aun en mi cabeza, decido tomar una gran hoja de papel Kraft, la coloco en el borde de la terraza y la extiendo pegándola a la madera afín de crear una gran superficie. Gaël se detiene a observarme preguntando asombrado con sus ojitos si era en esa gran hoja que iban a pintar.

En el piso mama, me pregunta Gaël? Sin entender esa nueva experiencia.

Siiiii, le respondo con una gran convicción y al mismo tiempo con una inmensa alegría.

Colocando cada una de las pinturas en los platos de cartón respectivos, escucho de lejos a Carmina llamándome desde su cuarto. Dejo a Gaël responsable de los materiales y me dirijo esta vez yo saltando y brincando a buscar a Carmina.

Bajo rápidamente para aprovechar cada instante que nos queda de la tarde.

Termino de pegar toda la hoja, de colocar todas las pinturas y de explicarles a Gaël y a Carmina lo que íbamos a realizar.

Quitándoles las camisas a cada uno, me retiro a dejarlos trabajar.

Coloco a Enzo a mi lado y me siento a observar.

Al principio Gaël y Carmina comienzan a pintar utilizando los diferentes pinceles, utilizando cada color y un espacio limitado de la hoja. A medida que cada uno de ellos comienzan a sentir el espacio, la textura de la pintura sobre sus pies y manos, el espectáculo se reproduce, y tal como yo lo esperaba Gaël y Carmina se convierten en “pinceles vivientes” utilizando todo su cuerpo como medio de expresión.

Al final de la obra, solo me quedo decirles “bravo mis hijos”, “bravo”

Los amo inmensamente.













miércoles, 12 de agosto de 2009

"Kaplin" mama, pon "Kaplin"

Mama cuéntame una historia, me interpela Gaël mientras jugábamos con los legos en el atelier.

Una historia Gaël? Quieres que leamos El principito? o quieres que te lea "El cocuyo y la mora"

No mama, mas tarde, quiero que me cuentes otra historia.

Su rostro ávido, pícaro y al mismo tiempo lleno de una gran ternura, me hizo recordar a John, el niño de una de las historias mas hermosas que he grabado en mi memoria desde que era una niña, “The Kid” de Charles Chaplin.

No recuerdo cuantas veces la he visto, ni se cuantas veces la seguiré viendo, lo único que recuerdo en este momento que escribo es la inmensa emoción que invadió mi cuerpo en ese instante. En fracciones de segundos mi cabeza se lleno de hermosos recuerdos impregnados de cada uno de los personajes de Chaplin.

Con el corazón hinchado de emoción tome a Gaël y a Carmina entre mis brazos, y con la danza de costumbre salimos del atelier a compartir esta historia.

Gaël sin entender mi fiesta me pregunta, mama y la historia?

Sin responderle, los siento a los dos en el centro de la sala, al frente de la chimenea, y es así como comienzo:

Escuchen bien, aquí va la historia, es una historia maravillosa de ……

Gaël enérgicamente me interrumpe diciéndome : tu mama tu

No Gaël, no es una historia inventada por mi, es una historia escrita por un hombre llamado Charles Chaplin, la historia se llama “ El niño”

“Nene” mama? dice Carmina

Si Carmina, es un niño que se llama John.

Y “ Kaplin” mama me pregunta Gaël. Chaplin Gaël, le respondo yo tratando de corregir su pronunciación.

Chaplin escribió esta historia y al mismo tiempo la hizo película. Quieren ver la historia de Chaplin? “Oui” responden en coro Gaël y Carmina.

Con una inmensa emoción, busco el DVD de la película, no me imaginaba que iba a compartir tan pronto con Gaël y Carmina tantos recuerdos de infancia que Chaplin trae a mi memoria.

Entre alegría y duda, introduzco el DVD. No sabia como iban a reaccionar Gaël y Carmina frente a una película muda, en blanco y negro y con tanto mensaje. La entenderán? ¿ les gustara? no estarán aun muy pequeños para ver Chaplin? y llena de preguntas me dejo llevar por el momento. Me siento a sus lados como una niña mas.

La película comienza y el silencio en la sala es absoluto, los rostros de Gaël y Carmina completamente hipnotizados, sus pupilas brillaban, como brillaron las mias la primera vez que vi a Chaplin, al mismo tiempo mi corazón latía de una manera inhabitual.

La película comienza y en el instante que Edna abandona su bebe en un carro de un hombre rico, pensando que asi John tendra una mejor vida, Gaël se voltea a verme, con sus ojitos sorprendidos y con voz agitada me dice “ no mama no, bebe solo en el carro noooo”, yo trato de calmar su inquietud y le digo continua de ver la historia Gaël, ese bebe es John. Ve la historia hasta el final y entenderás.

En ese instante comprendí que no solo entendían la historia sino que además los dos estaban envueltos en la magia de Chaplin. Decidí tomar la cámara para registrar esta memoria colectiva maravillosa del primer encuentro entre Chaplin, Gaël y Carmina.

Mientras la película seguía su curso, Gaël no solo estaba cautivado con Charlot, sino que además comenzó a imitar su forma de caminar.

Durante la película Gaël y Carmina adoptaron diferentes posturas. Por un instante, Gaël me pidió que parara la película. En el momento no entendí, pues de manera precipitada salio corriendo rápidamente dirigiéndose al lavandero.

Dos minutos después lo veo regresar con un tobo gris entre sus manos, el cual coloco en el piso justo al frente de la televisión, se monto encima de el, diciéndome “ Kaplin” mama, pon a “Kaplin”.

Vuelvo entonces a colocar la película. De esa manera y en esa posición Gaël continua de ver la película, supongo que en ese ángulo podía apreciarla mejor. En lo que respecta a Carmina, su rostro era un poema, pues sus ojitos estaban conectados a cada imagen que pasaba, su cuerpito danzaba con la música de la película, su risa era inminente en cada una de las escenas que John rompía los vidrios de la ventana o de Charlot capturado de manera infragante por la policía.

Con la cámara fotográfica pude captar las escenas que mas conmovieron a Gaël y Carmina, escenas en las cuales tuve que hacer pausa para responder a sus preguntas o para simplemente reírnos juntos del maravilloso Charlot personificado magistralmente por Chaplin.

Con esta tarde maravillosa de cine mudo, Gaël y Carmina terminaron su merienda, recordando juntos en la cocina cada una de las escenas.

Unas horas después llega Roman a la casa, Gaël y Carmina salen corriendo a recibirlo como de costumbre y entre abrazos y besos los dos de manera unísona le dicen “Kaplin papa” vimos a “Kaplin”, dado que era Gaël que emportaba la voz era “Kaplin” lo que se escuchaba pues si solo escucháramos a Carmina seria mas “plin” lo que hubiésemos entendido, de una manera u otra era Chaplin lo que afloraba de sus boquitas.

Roman con cara de interrogación me dirige la mirada, preguntándome con su rostro de que se trataba. Gaël sin darme tiempo de responder, lleva a Roman a la sala tirandolo de una mano, agarra el DVD de la caja y lo introduce en la televisión.

Es así como Roman sin ni siquiera poderse quitar la corbata termina en la sala sentado al lado de Gaël y Carmina viendo “ The Kid” de Charles Chaplin.

La danza del agua

Medias de Gaël, medias de Carmina, medias de Enzo, digo yo en voz alta separando cada una de las ropas en el lavandero.

Medias de « lonzo » mama, aquí están las de « lonzo » mama.

« Merci » Gaël le respondo sin prestarle mucha atención pues me encontraba de espalda a ellos.

Salgo por un instante del lavandero, y me dirijo a la cocina a recuperar del microondas la taza de té que había puesto a calentar.

Regreso al lavandero, y cuando entro encuentro a Gaël con la puerta de la lavadora abierta poniendo en posición los botones de lavado y prelavado. Dirijo mi mirada rápidamente hacia el resto del lavandero buscando a Carmina. Es así como la veo vaciando prácticamente toda la cesta de ropa sucia. Y con una precisión particular separando toda la ropa de Enzo.

Por un instante me quedo impávida, pensando que si hubiese tardado un minuto mas, quizás Gaël y Carmina hubiesen puestos los dos solos a lavar la ropa.

Al ver ese espectáculo, decido ir rápidamente a buscar la cámara.

Carmina empieza a pasarme cada media, camisa, pantalón de Enzo, un poco perturbada por la impresión del momento, al verlos los dos trabajar en equipo, como si alguien les hubiese anteriormente explicados lo que había que hacer, decido seguirles el juego, y de pasar a lavar yo la ropa pues me dedico solo a conducirlos.

Termino de tomar el resto de ropa que quedaba por meter, se la paso a Carmina, y de la misma manera Carmina se la pasa a Gaël, que termina de introducirlas en el interior de la lavadora. Antes de continuar el juego, reviso de manera discreta la ropa que se encuentra al interior de la lavadora, afín de verificar que no haya ropa de color.

“Ya mama” me dice Gaël. Lo observo un poco sorprendida y al mismo tiempo le respondo, si Gaël ya podemos poner a funcionar la lavadora.

Sabes que hay que hacer ahora Gaël, una vez que la ropa se encuentra dentro de la lavadora?

Y sin responderme, Gaël toma uno de los envases que se encuentran al lado de la lavadora, trata de llevarlo al interior pero dado que el tamaño del envase es muy grande me pide ayuda.

Ayudándolo le explico donde colocar cada uno de los líquidos, y de manera instantánea repite cada uno de mis gestos. Carmina detrás de nosotros, nos observa.

Gaël se maravilla al ver como el jabón liquido desaparece en la cubeta respectiva, e insiste en continuar adicionando. Cuando trato de impedir que continúe vaciando el envase, entra en cólera, diciéndome “ moi mama” “moi”.

Trato de negociar con el afín de no cortar toda su disposición y su independencia para ayudarme y colaborar, pues en realidad era una escena hermosa verlos a los dos trabajando a 4 manitos.

Así que de esa manera dejo que Gaël continúe a adicionar un poco mas de jabón liquido en el interior de la cubeta. Me digo a mi misma, ni modo la ropa quedara con un poco mas de jabón que lo normal. Una segunda lavada solo con agua será necesaria.

Paso luego a explicarle el funcionamiento de los botones, y los diferentes casos, solo ropa blanca, de colores, delicada ...... etc. Gaël me escucha con cara de concentración y Carmina continua observandonos. Gaël repite cada paso que le explico y de manera magistral, a mis ojos, termina apretando el botón para que la lavadora comience a funcionar.

Carmina continua observándonos, como si estuviera esperando que algo pasara, la veo poner su mirada fija en la tapa transparente de la lavadora.

Cuando la lavadora comienza a funcionar, Carmina empieza a saltar con una inmensa alegría al escuchar el sonido del agua. Supongo que ese era el instante que tanto esperaba.

Es así como la lavadora comienza su danza, y Gaël y Carmina la acompañan moviendo sus cuerpecitos al son del ir y venir del agua.


Haciendo la "aaaaaaaaaaaa"

Mama, mama, “mamo” gritan Carmina y Gaël dirigiéndose enérgicamente hacia el baño.

Mama, mama, mama, mama vamos hacer la “aaaaaaaaa” dice Gaël aun con carita de sueño.

“Bonjour Monsieur lavabo” escucho de lejos a Gaël y Carmina darles los buenos días al señor lavamanos, mientras yo en la cocina me preparo mi premier té verde a la menta del día.

Son las 8h00 de la mañana.

Desde la cocina nos desplazamos todos con brincos, piruetas y demás peripecias entrando todos al baño a hacer la “aaaaaaaaaa”.

Me dirijo aun entre dormida y despierta, el simular brincar no me despierta completamente y me preparo ha tomar cada uno de sus cepillos de dientes. Trato de continuar mi gesto endormecido poniéndoles la pasta, cuando de manera tempestiva salta Gaël quitándome el cepillo y con la misma agilidad también el de Carmina.

“Moi” mama, dicen Gaël y Carmina. Y sin poner resistencia, es como así comienza este maravilloso momento de la “aaaaaaaaaaaa”.

Cepillate bien Gaël, digo yo con voz gruesa tratando de poner un poco de autoridad.

Haciendo la “aaaaaaa” responde Gaël, abriendo completamente la boca.

Si Gaël haciendo la “aaaaaaaa”, le respondo.

“aaaaaaaaaaa” como amor Gaël

“aaaaaaaaaaa” como abrazo, estrechando entre mis brazos a Carmina

“aaaaaaaaaaa” como “attend” mama, me dice Gaël

“aaaaaaaaaaa” como “avión” mama? me pregunta Gaël. Exacto Gaël, “aaaaaaaaa” como avión, como aeropuerto. Te recuerdas del aeropuerto?

Avión repite Carmina, Jei Jei mama? si Carmina “Jei Jei”. “Jei Jei” se fue de viaje en avión

Y “vela”? pregunta Gaël. abuela Francis también se fue de viaje en avión.

Vamos ahora a revisar el “aeropuerto de dientes”, les digo yo entre canto y palabra, a ver si los “ dientes aviones” están limpios y listos para volar.

Vamos a retocar estos “dientes aviones” estacionados atrás que les falta un poquito de limpieza. “Oui” mama responde Gaël.

“Avion” mama, vuelve a decir Carmina. Si hija “aaaaaaaaaa” como “avion”, le respondo terminando de limpiarle las muelitas.

“Agua” mama continua Carmina, siiiiiiii Carmina “ aaaaaaaaaa” como “agua”, respondo yo un poco aturdida de tantas “aaaaaaaaaaaa” solo para limpiarles los dientes. Y pensar que son tres veces por día, cuantas “aaaaaaaaa” haremos en un día, me pregunto yo en mi cabeza.

Y entre mis pensamientos me distraigo por un instante. Carmina me regresa a la realidad rápidamente y con su cara arrugada y molesta me grita “agua” mama.

Y yo vuelvo a repetirle, sin realmente entender su molestia siiiiiiii Carmina “aaaaaaaaaa” como “agua”.

Y salta Gaël, nooooooooooo mama, no es “aaaaaaaaa” como agua”, es “agua” para lavarse la boca.

Carmina se ríe y dirigiéndose a mi me dice “agua boca”, y con su mirada picara me hace entender lo que Gaël viene de explicarme.

Entre risas y gárgaras nos secamos las manitos, nos frotamos los ojitos para así entonces comenzar un bello y maravilloso día.

Buen día a todos mis queridos lectores

miércoles, 5 de agosto de 2009

Mama, puedo dormir en la cuna de “palila”?

Cepillados los dientes, lavadas las manos, canto yo a Gaël y a Carmina después de haber terminado un suculento almuerzo.

Hiciste pipi Gaël?

“Oui” mama, responde enérgicamente Gaël, y tu Carmina, quieres hacer pipi?

No “mamo”, responde Carmina

A la cama pues, vamos todos hacer un buen “dodo”, besitos a Enzo?

Chiiii, responde Gaël y saltando y corriendo en un solo pie, se dirige hacia Enzo, empalagándolo con uno de sus besos. Enzo queda feliz pero aturdido

“Au revoir” “lonzo” hasta mas tarde, se despide Gaël, y Carmina lo sigue detrás mimetizando cada uno de sus pasos

Subimos la escalera como tropa de elefantes, cada uno en 4 patas tocándonos la colita, y cantando al unísono “dodo” “dodo”

Una vez terminado el ultimo escalón que disfruta del culito bailador de Carmina, Gaël sale directo a mi cuarto ha hacer sus piruetas respectivas.Carmina intenta seguirlo pero mama elefante la atrapa en el aire y la dirige a su cuarto, a dormir inmediatamente digo yo con voz credible.

Gaël al ver que se queda solo en sus aventuras acrobáticas, entra por si solo a su cuarto y salta como buen saltamontes sobre su cama.

Mama hace las respectivas carantoñas, cosquillitas y peitos en la barriguita de cada uno, al final de este ritual un contundente “dodo”. De esta manera Carmina y Gaël armados los dos de sus chupones, cierran los ojitos y se embojotan respectivamente con sus cobijas.

Yo salgo del cuarto apagando la luz y tirando besitos al aire.No habían pasado ni 5 minutos, cuando escucho desde la cocina una gran tertulia, risas, y yo diría que hasta carcajadas se oían.

Subo precipitadamente al cuarto a calmar ese desorden y volver a colocarlos en posición de dormir.

Después de un silencio absoluto, no sabría decirles cuanto tiempo paso de ese maravilloso momento de calma, vuelvo a escuchar la tertulia pero esta vez el doble de fuerte que la primera.

En ese ir y venir, pues esta situación se repitió como 5 veces, se me ocurrió preguntarles que les pasaba, afín de saber porque no querían dormir si sus ojitos fatigados decían lo contrario.

Gaël me responde con una gran convicción en forma de pregunta :

Mama, puedo dormir en la cuna de “palila”?

Y yo le respondo, y donde va dormir Carmina? Los dos me responde con los deditos señalando la cama de Gaël.

Asi que obedeci las ordenes de mis dos miniaturas de hijos e hize lo que me pedian, volvi a repetir el mismo ritual besitos y todo lo demas, apague la luz y cerre la puerta diciendo “dodo”.

De manera incrédula baje las escaleras pensando que en 5 minutos tendría que volver a subir.No solo pasaron los 5 minutos que esperaba sino 4 horas de sueño placido en el cual Gaël disfruto de la cama de Carmina y viceversa.



lunes, 3 de agosto de 2009

El telescopio visto por Gaël

Hace unas semanas comenzamos a organizar cada uno de los materiales que pensábamos instalar en nuestro futuro atelier, juguetes actuales y viejos fueron todos colocados en el suelo y en los muebles afín de hacer una selección. Entre todos esos juegos salio del closet una enorme caja gris, una caja que no pensaba abrir sino simplemente cambiarla de lugar.

En uno de esos momentos de distracción, Gaël mariposeando entre todos los juguetes, abre la caja gris (y yo que pensaba que la había cerrado correctamente).En ese instante, Gaël saca un enorme instrumento casi del doble de su tamaño, sus ojos maravillados empezaron a preguntarme sin necesidad de usar ninguna palabra, que esto mama? como funciona? es mío o de Jei Jei...? dime como se llama? Sus ojitos eran una lista de preguntas, que tenia que responder de manera inmediata.

Mientras yo trataba de organizarme para responder a ese bombardeo de preguntas, Gaël volteaba el telescopio en todos los sentidos, y al principio lo asocio al funcionamiento de una cámara fotográfica.Toda la actividad de organización y reorganización de juguetes, se paro de manera instantánea, y durante horas tuve que dedicarme a explicarle que era ese maravilloso instrumento llamado telescopio, y entre las mil explicaciones comienzo a hablar mas en futuro que en presente. Este telescopio lo utilizaras para observar las estrellas, te recuerdas Gaël lo que son las estrellas?

Oui, responden Gaël y Carmina en coro.Continuo mi historia y de manera absurda como todo buen adulto que soy le digo a Gaël, bueno hijo vamos a guardarlo para continuar lo que estábamos haciendo. Termino mi frase diciéndole, lo usaras cuando seas mas grande.

Cuando hago el intento de guardarlo, una crisis total estalla,llantos, gritos, tirada en el piso, vueltas y piruetas, todo un espectáculo.

Al ver su reacción, me digo, bueno vamos a dejárselo un rato y cuando se le pase la "crisis" y se distraiga con otra actividad se lo quito, terminando mi reflexión interior diciéndome de todas maneras, es muy pequeño aun para que lo utilice. Ese telescopio se lo regalo Ben a Jesús cuando Jesús tenia como 10 años,así que de aquí a que Gaël tenga 10 años tendremos tiempo para aprender a utilizarlo.

De esta manera todo vuelve a la calma, y Gaël continua descubriendo su ahora “telescopio”. Yo me concentro a continuar lo que había comenzado.La jornada continua su ritmo y tal como yo lo esperaba Gaël regresa donde yo me encuentro y continua ayudándome a seleccionar los juguetes.“Todos” nos olvidamos del telescopio, o mejor dicho yo me olvido del telescopio.

Cuando se acerca la noche, unas horas antes de Gaël ir a la cama, yo veo a Gaël retomar el telescopio, y dirigirse de manera precipitada hacia las escaleras para subir a su cuarto.

Gaël a donde vas con “ese” telescopio”, dejalo aquí para guardarlo,me dirijo a el sin poder frenarlo. Gaël me responde firmemente “no”, voy a “mi” cuarto con “ mi” telescopio a ver las estrellas (traducción literaria de su frase dicha en francés).

Por no volver a entrar en discusión con el, lo dejo subir a su cuarto, termino de recoger ciertas cosas del piso con Carmina que se encontraba seleccionando los juguetes para Enzo.Durante un instante, un silencio absoluto reina en la casa, mis oidos acostumbrados a los gritos y llantos se inquieta de tanta calma, me asomo por las escaleras y le pido a Gaël que baje.

Dada que la retisciencia de Gaël a bajar era absoluta, decido ir a ver las “supuestas” estrellas que el estaba observando con “su” telescopio. Es asi como Carmina y yo subimos las respectivas escaleras, y en el momento que atravieso la puerta del cuarto, me encuentro con un maravilloso espectáculo.

Gaël viendo las estrellas con el telescopio. Cuales estrellas se preguntaran ustedes los lectores? Las diversas constelaciones que Roman y yo le habiamos colocado a Gaël y a Carmina en el techo de su cuarto, utilizando " estrellas plasticas fluorescentes” que se activan en la noche con la obscuridad.

Desde ese instante hasta el dia de hoy, todos vemos el cielo estrellado de Gaël utilizando "su" telescopio. Cuando las noches estrelladas nos lo permiten salimos al jardin a ver las otras estrellas, esas que ven los adultos.