miércoles, 12 de agosto de 2009

"Kaplin" mama, pon "Kaplin"

Mama cuéntame una historia, me interpela Gaël mientras jugábamos con los legos en el atelier.

Una historia Gaël? Quieres que leamos El principito? o quieres que te lea "El cocuyo y la mora"

No mama, mas tarde, quiero que me cuentes otra historia.

Su rostro ávido, pícaro y al mismo tiempo lleno de una gran ternura, me hizo recordar a John, el niño de una de las historias mas hermosas que he grabado en mi memoria desde que era una niña, “The Kid” de Charles Chaplin.

No recuerdo cuantas veces la he visto, ni se cuantas veces la seguiré viendo, lo único que recuerdo en este momento que escribo es la inmensa emoción que invadió mi cuerpo en ese instante. En fracciones de segundos mi cabeza se lleno de hermosos recuerdos impregnados de cada uno de los personajes de Chaplin.

Con el corazón hinchado de emoción tome a Gaël y a Carmina entre mis brazos, y con la danza de costumbre salimos del atelier a compartir esta historia.

Gaël sin entender mi fiesta me pregunta, mama y la historia?

Sin responderle, los siento a los dos en el centro de la sala, al frente de la chimenea, y es así como comienzo:

Escuchen bien, aquí va la historia, es una historia maravillosa de ……

Gaël enérgicamente me interrumpe diciéndome : tu mama tu

No Gaël, no es una historia inventada por mi, es una historia escrita por un hombre llamado Charles Chaplin, la historia se llama “ El niño”

“Nene” mama? dice Carmina

Si Carmina, es un niño que se llama John.

Y “ Kaplin” mama me pregunta Gaël. Chaplin Gaël, le respondo yo tratando de corregir su pronunciación.

Chaplin escribió esta historia y al mismo tiempo la hizo película. Quieren ver la historia de Chaplin? “Oui” responden en coro Gaël y Carmina.

Con una inmensa emoción, busco el DVD de la película, no me imaginaba que iba a compartir tan pronto con Gaël y Carmina tantos recuerdos de infancia que Chaplin trae a mi memoria.

Entre alegría y duda, introduzco el DVD. No sabia como iban a reaccionar Gaël y Carmina frente a una película muda, en blanco y negro y con tanto mensaje. La entenderán? ¿ les gustara? no estarán aun muy pequeños para ver Chaplin? y llena de preguntas me dejo llevar por el momento. Me siento a sus lados como una niña mas.

La película comienza y el silencio en la sala es absoluto, los rostros de Gaël y Carmina completamente hipnotizados, sus pupilas brillaban, como brillaron las mias la primera vez que vi a Chaplin, al mismo tiempo mi corazón latía de una manera inhabitual.

La película comienza y en el instante que Edna abandona su bebe en un carro de un hombre rico, pensando que asi John tendra una mejor vida, Gaël se voltea a verme, con sus ojitos sorprendidos y con voz agitada me dice “ no mama no, bebe solo en el carro noooo”, yo trato de calmar su inquietud y le digo continua de ver la historia Gaël, ese bebe es John. Ve la historia hasta el final y entenderás.

En ese instante comprendí que no solo entendían la historia sino que además los dos estaban envueltos en la magia de Chaplin. Decidí tomar la cámara para registrar esta memoria colectiva maravillosa del primer encuentro entre Chaplin, Gaël y Carmina.

Mientras la película seguía su curso, Gaël no solo estaba cautivado con Charlot, sino que además comenzó a imitar su forma de caminar.

Durante la película Gaël y Carmina adoptaron diferentes posturas. Por un instante, Gaël me pidió que parara la película. En el momento no entendí, pues de manera precipitada salio corriendo rápidamente dirigiéndose al lavandero.

Dos minutos después lo veo regresar con un tobo gris entre sus manos, el cual coloco en el piso justo al frente de la televisión, se monto encima de el, diciéndome “ Kaplin” mama, pon a “Kaplin”.

Vuelvo entonces a colocar la película. De esa manera y en esa posición Gaël continua de ver la película, supongo que en ese ángulo podía apreciarla mejor. En lo que respecta a Carmina, su rostro era un poema, pues sus ojitos estaban conectados a cada imagen que pasaba, su cuerpito danzaba con la música de la película, su risa era inminente en cada una de las escenas que John rompía los vidrios de la ventana o de Charlot capturado de manera infragante por la policía.

Con la cámara fotográfica pude captar las escenas que mas conmovieron a Gaël y Carmina, escenas en las cuales tuve que hacer pausa para responder a sus preguntas o para simplemente reírnos juntos del maravilloso Charlot personificado magistralmente por Chaplin.

Con esta tarde maravillosa de cine mudo, Gaël y Carmina terminaron su merienda, recordando juntos en la cocina cada una de las escenas.

Unas horas después llega Roman a la casa, Gaël y Carmina salen corriendo a recibirlo como de costumbre y entre abrazos y besos los dos de manera unísona le dicen “Kaplin papa” vimos a “Kaplin”, dado que era Gaël que emportaba la voz era “Kaplin” lo que se escuchaba pues si solo escucháramos a Carmina seria mas “plin” lo que hubiésemos entendido, de una manera u otra era Chaplin lo que afloraba de sus boquitas.

Roman con cara de interrogación me dirige la mirada, preguntándome con su rostro de que se trataba. Gaël sin darme tiempo de responder, lleva a Roman a la sala tirandolo de una mano, agarra el DVD de la caja y lo introduce en la televisión.

Es así como Roman sin ni siquiera poderse quitar la corbata termina en la sala sentado al lado de Gaël y Carmina viendo “ The Kid” de Charles Chaplin.

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